Wednesday, April 29, 2009

VCC

No cabe duda que esta debió ser LA película del verano, de la que todos hablarían, el fenómeno pop de la temporada estival, una comedia muy liviana pero con la firma del neurótico y prolífico autor con gafas de marco grueso.

Está claro que ya no lo fue, y es altamente probable que su pasada por las salas chilenas sea efímera, tal como la penúltima cinta de Allen, El Sueño de Cassandra. Aunque el caluroso clima de estos días podría darle una segunda oportunidad.

¿Por qué verla?

Por lo siguiente: el elenco. No recuerdo una película de Woody Allen con un elenco tan bien equilibrado entre lo popular y lo profesional. Las razones del talento del trío estelar abundan en los miles de comentarios hechos sobre VCB, a quienes se agrega una novata Rebecca Hall que seduce con su vulnerabilidad e inocencia. Hay buena química, la fórmula funciona.

¿Por qué no?

Hace rato que el cineasta no da en clavo con una historia que se aproxime a sus clásicos de antaño (salvo Match Point), verdaderos ensayos sobre el comportamiento humano, muchas veces representados a través de personajes interpretados por el mismo Allen que hasta hoy son considerados de culto. A fin de cuentas, para un fiel seguidor de su obra VCB cae por su propio peso: Vicky se rinde; Cristina abandona su obsesión, Barcelona queda atrás, nunca fue.

Esta es simplemente una historia sobre dos mujeres que viajan a Barcelona en busca de "algo más". Lo encuentran, tienen sexo, se divierten. Ellas se llaman Vicky, Cristina... calentonas (VCC).


Vicky Cristina Barcelona (2008)

Dir: Woody Allen

Guión: Woody Allen

Elenco: Rebecca Hall, Scarlett Johansson, Penélope Cruz, Javier Bardem



Tuesday, April 28, 2009

Monday, April 27, 2009

Linda Evangeline


Estoy absolutamente "perdido"

Saturday, April 25, 2009

Pecados de guerra


Una vez fuera del edificio donde acaban de desactivar una bomba, el soldado Eldridge le comenta a su superior lo difícil que es diferenciar a la gente afgana.

El sargento James se detiene a pensar las palabras dichas por Eldridge. Su mirada está quieta. Se pregunta si el chico al que le acaba de extraer una bomba del estómago era el mismo al que días antes le había comprado un par de películas piratas a 5 dólares cada una, el mismo con el que había establecido cierto grado de amistad.

(...)


The Hurt Locker (2009)

Dir. Kathryn Bigelow

Guión: Mark Boal

Reparto: Jeremy Renner, Anthony Mackie, Brian Geraghty (with David Morse, Evangeline Lilly, Guy Pearce, Ralph Fiennes)

Friday, April 24, 2009

Stayin' Alive

¿En quién pensará el imaginario colectivo en unos años más al escuchar las palabras TONY MANERO?
¿En John o Alfredo? ¿Qué película verán primero, la sobre el psicópata sombrío que recorre las calles de un Santiago bajo un régimen militar o la sobre su alter ego, un talentoso e inmaduro bailarín de música disco?

Google da su pronóstico. La primera página de búsqueda por las palabras "tony manero" da como resultado 6 links hacia la película de Pablo Larraín y sólo 3 para la taquillera cinta hollywoodense. Y encabeza la lista... CHILE!

¿Cuál de los dos personajes se mantendrá vivo y más vigente en la memoria cinéfila de las futuras generaciones?

Hasta ahora vamos ganando.

No por nada tenemos a McKee, aquí.
¿Algo más?

Sunday, April 19, 2009

Hey Mickey

Está probado en la industria cinematográfica que las historias humanas donde “todo tiempo pasado fue mejor” son una fórmula exitosa a la hora de atraer grandes cantidades de espectadores a las salas de cine. Así lo avalan producciones como Ali, Ray y La vie en rose, cintas que, apoyadas en personajes reales, sobre estimulan los sentidos de la audiencia gracias a biografías enfatizadas en contraponer un antes/glorioso y un después /decadente en la vida de sus personajes.

La última película del realizador norteamericano Darren Aronofsky, El Luchador (2008), parte de ese supuesto y desde ahí dispara un relato en presente sobre Randy “The Ram” Robinson (Mickey Rourke), un peleador profesional de la lucha libre que persiste en ganarse la vida gracias a la musculatura, su herramienta necesaria de trabajo.

Con la ayuda de una cámara subjetiva vemos a Randy recorrer los pasillos de los camarines donde entrena hasta salir al ring donde su fanaticada lo espera. Siempre observando su espalda, la tercera persona con la que nos identificamos transmite directamente sus emociones y de manera visceral, dando por hecho que nos encontramos tras un personaje que se encuentra en un mundo del espectáculo cada vez más ajeno a su persona.

Peleas fraudulentas, deudas impagas y constantes noches de juerga reflejan lo insostenible que se ha convertido para Randy vivir de la lucha libre. Es una bailarina de cabaret, interpretada por la atractiva Marisa Tomei, el único motivo que mantiene en pie a Robinson, pero ni siquiera ello puede aplacar el desafortunado destino que le depara: un inesperado infarto le advierte que no puede seguir combatiendo. Su organismo ya no da para planchas, llaves ni patadas.

Es interesante que el soundtrack de esta película lo compongan melodías ochenteras del calibre de Guns N' Roses, Cinderella o Ratt, patentes bandas exponentes del hard rock que alguna vez lideraron los rankings de canciones más escuchadas y que ahora brillan por su ausencia en el colectivo radioescucha. La rubia y extensa cabellera de Rourke emula a dichos intérpretes, verdaderos “titanes del ring” rockero de antaño.

Cual ídolo olvidado, y ahora falto de salud, Randy deambula por diferentes trabajos-parche que satisfacen su necesidad por alimentarse, pero que se hallan lejos de la demanda por una satisfacción personal. Si en un principio el personaje ya se hallaba fuera de foco, ahora se margina aún más de lo que podría constituir su felicidad, la lucha.
Es aquí cuando ocurre el encuentro con una hija abandonada (Evan Rachel Wood), evento que se eleva como elemento secundario que podría haber dado para más, pues extrapolando que lo minutos de su actuación son imborrables, el personaje se esfuma rápido, como un suave golpe en la quijada. Tal vez menos pretensiones para con el personaje de Rourke hubieran permeado la entrada de otros factores hacia un mundo subjetivo y personalista, reacio a permutar. Pero claramente se hubiese tratado de otra película, una esperanzadora, de fórmula asegurada.

Como último punto cabe constatar por qué Mickey Rourke no fue reconocido con la estatuilla en los pasados premios Oscar. La razón puede desprenderse de la misma decisión narrativa adoptada por El Luchador. Se ha repetido que la figura de Randy “The Ram” Robinson es el reflejo de la biografía de Rourke. Ambos tuvieron un época dorada, en la fueron íconos populares de toda una generación, sin embargo fue el éxito aquel que caducó sus talentos, llevándolos por caminos errantes repletos de excesos y esterilidad. Partiendo desde esa condición, la redención es un recurso que acá no tiene cabida. El pasado fue mejor, pero quedó donde pertenece. Ni como premio de consuelo.



Thursday, April 16, 2009

Recordando a Eisenstein




“El Acorazado Potemkin” (Bronenósets Potyomkin) es considerado uno de los grandes hitos en la historia del cine, esto se podría explicar en diversos aspectos. Un ejemplo es el hecho de que esta obra fue creada por orden de Stalin en el año 1925, para conmemorar los intentos de revolución que hubo en Rusia durante 1905 y levantar el ánimo revolucionario en el entonces régimen comunista imperante, misión que fue cumplida gracias a la genialidad de su director, Sergéi Eisenstein, quien encuentra una nueva manera de filmar, introduciendo inclinaciones de cámara que dan como resultado un énfasis o una sensación distinta en lo que se relata. Otro punto de análisis es el notable trabajo de Nina Agadzhanova-Shutko, quien escribió el guión de esta película basándose en su experiencia como participante activa en el intento de revolución de 1905.



La película muda consta de cinco actos:

  1. Hombres y gusanos
  2. Drama en el Golfo Tendra
  3. El muerto calma
  4. La escalera de Odessa
  5. Encuentro con la escuadra

En lo concreto, la obra cuenta la rebelión de un grupo de marineros obligados a vivir en terribles condiciones de maltrato e injusticias por parte de los oficiales del barco que forma parte de la marina del zar Nicolás II. El punto que da inicio a la revolución de los marineros fue el intento de servirles carne podrida y llena de gusanos; a lo que se suma la intención de fusilar a quienes trataron de revelarse contra las autoridades navales y tomar el control del acorazado, hecho que marcó una revuelta que terminó con la muerte de los oficiales del navío. La noticia de este motín llegó al puerto de Odessa, donde los habitantes recibieron a estos “valientes” marinos como héroes.


Es en esta parte de la película (La escalera de Odessa) en la que se encierra el secreto del éxito que alcanzó la obra. Mientras la multitud recibía a sus héroes a los pies de una gran escalera que llega hasta el puerto, un grupo de soldados del Zar aparece a sus espaldas (desde la parte superior de la escalera) y empieza a disparar contra la multitud y los marineros, causando una matanza de grandes proporciones. Eisensetein patentó un estilo de realización basado en la elección de imágenes específicas, desde ángulos diversos. Tomó incidentes aislados o circunstancias concretas y las filmó por separado, luego las ordenó en una secuencia dinámica de contrastes, conflictos y movimientos, los cuales transformaron una simple línea narrativa en una profunda experiencia emocional. Ejemplo de esto es la parte en la que una mujer (que llevaba a su hijo un coche) trata de escapar de los disparos y es alcanzada por una bala. Al caer muerta empuja el coche y éste empieza a rodar escaleras abajo, mientras el caótico entorno se muestra lleno de gente corriendo desesperada y cayendo muerta. Todo esto crea una angustia especial en el espectador, esa angustia del no saber qué será de la guagua en el coche sin control, que finalmente se vuelca en medio de la gran escalera, en medio de este dramático caos físico y emocional. Esta escena es la más famosa de la historia del cine y ha sido homenajeada por diversos directores, como Francis Ford Coppola, Brian De Palma e incluso George Lucas.




Otra de las cosas que reafirman la genialidad de Eisensetein es que, si bien la historia de los marineros en el acorazado es real, la matanza en el puerto de Odessa es completamente ficticia, sin embargo, su realización fue tan realista y meticulosa, que durante mucho tiempo hubo personas - ajenasa la historia rusa - que pensaban que este era un hecho histórico real.

Si bien esta es la escena que marcó la grandeza y el éxito del "El Acorazado Potemkin", el resto de la trama es igualmente poderosa, pues es una construcción similar y avanza con ritmos poéticos y dramáticos, que apelan a las emociones del espectador de diversas maneras. El ánimo de los protagonistas de esta historia se dibuja gracias a juegos de encuadres con los que el director experimenta y a la cuidadosa selección de imágenes que se suceden con tan especial enfoque.

Pero no es solamente por todo lo anterior que la obra es considerada una de las más grandes películas en la historia del cine. Uno de los cambios más importantes que Eisensetein hizo al momento de realizar esta hazaña cinematográfica es la mezcla entre ficción y documental, tomar ese momento histórico tan emblemático para el pueblo comunista ruso y fundirlo perfectamente con una realidad inventada es, desde mi punto de vista y considerando que fue el primero en hacerlo, el gran mérito que dio vida a esta leyenda del séptimo arte.

Anticronico.

Thursday, April 02, 2009

¿Porno mainstream?

Sasha Grey

+

Steven Soderbergh

=


WTF************************