Monday, August 27, 2007

Otra dosis de Cultura Popcorn


Nuevamente la droga es fuente de cine. Ejemplos como Pánico y Locura en Las Vegas, Limpio y Sobrio, Less Than Zero y Requiem por un Sueño son sólo algunos de los estupefacientes con los que el séptimo arte ha alimentado su adicción al género. O subgénero, mejor dicho.

Esta vez la drogodepencia recae sobre una cinta independiente norteamericana, estrenada la semana pasada en USA y escrita, dirigida y protagonizada por uno de esos que yo llamo "valientes" jóvenes que se atreven a estudiar cine apenas terminan el colegio. Su nombre, Monty Lapica. Su obra, Self Medicated.

Cuando niño soñaba con ser jugador de béisbol o agente del FBI. Pero, y con sólo 21 años, Lapica supo que quería dedicarse a hacer películas. A los 24 se graduó de la Magna Cum Laude from Loyola Marymount University School of Film and Television (sácate un nombre) y su ópera prima ya bordea los cuarenta galardones, incluidos el Premio Especial del Jurado en el Festival Independiente de Roma, mejor película en el Australian International Film Festival y el Prism Award 2006, este último festival relacionado con la rehabilitación de jóvenes drogadictos.


Basada en hechos reales, Self Medicated (que seguramente se llamaría Perdiendo el Control, si es que llegara a pasar por nuestras salas) trata sobre Andrew, un joven de 17 años que debe lidiar con la muerte de su padre, sumergiéndose en las drogas, bla bla bla... Para no perderlo, su madre contrata a una compañía para que lo rapte lo confine en un psiquiátrico, lugar donde los abusos y la corrupción le darán a Andrew las esperanzas de redimirse y cambiar de vida, al menos, lo que queda de ella.


Sonó a cliché. Mucho. Esperemos que los premios le inyecten algo más.


Se dijo, se escribió:

Self-Medicated is an extraordinary portrait of redemption and personal triumph over hardship that "packs a startling punch" (Variety).


"Raw, unmannered intensity... Self-Medicated is just what the doctor ordered" (Hollywood Reporter).



Self Medicated Trailer


Thursday, August 09, 2007

Lluvia Anfibia


Nos cayó como ranas. Como plaga. Pero fue perfecto.

La nieve que ayer invadió Santiago - y Chile entero - fue al más puro estilo de la purificación bíblica que la película Magnolia muestra en sus partes finales. Una catarsis que removió por varias horas todas las impuresas interiores de miles de personas.


Ranas aplastaron al Transantiago, escondieron la corrupción y acallaron las manifestaciones de los subcontratas. El parche curó la herida. Por un rato, sí.

It's not going to stop /
It's not going to stop /
'Til you wise up...


De verdad no paraba, ni se veía que lo fuera a hacer
Faltaba que nos dieramos cuenta que hacía falta limpiarnos,
como lo dice Aimee Mann en su canción.




Ayer, 15 millones de personas se vieron "afectadas" por la nieve, para bien o para mal; mucha gente la observó, otra la sufrió; varios no querían que se fuera, multitudes la tuvieron que sacar para poder dormir. Pero no hay disenso en que a todos nos liberó de aquello que nos aquejaba: pesimismo.


¿Qué pasó ayer? Cayeron ranas, no nieve.




Fue una intensa lluvia de renacuajos, improbable e inclasificable.

A mí me destrabó las esposas que tenía para escribir. Hace más de un mes que no actualizaba. No sé porque pasó. Si las ranas hablaran...

Bueno, no tengo mucho más que decir. Y como este blog trata de no caer en clichés, prefiero mantenerme en la rutina de que mañana será otro día, igual que siempre, donde el tiempo correrá rápido, sin hacer del día algo objetivamente definido.

Y la nieve de ayer se derretirá, mejor dicho "las ranas se desangrarán"...


"Podemos haber acabado con nuestro pasado,
pero el pasado no habrá acabado con nosotros".




Aimee Mann - Wise Up






y la lluvia de ranas ...